La diabetes es una enfermedad crónica muy común en nuestra sociedad. Aunque se puede vivir con ella, es necesario diagnosticarla con tiempo para poder tomar las medidas oportunas y llevar un estilo de vida que evite unas complicaciones que, en el peor de los casos, pueden conducir a la muerte.
Especial importancia tiene en este momento en el que el mundo está patas arriba por causa de la COVID-19. Para mantener a raya a la diabetes se recomienda realizar una consulta quien nos dará las pautas y nos ayudará a controlar de la mejor manera la enfermedad.
Dos son los motivos que invitan a controlar la diabetes en los tiempos de la COVID-19. En primer lugar, porque el coronavirus es mucho más peligroso en aquellas personas que presentan patologías previas como la diabetes. Esta enfermedad puede agravar los efectos de la COVID-19 en nuestro organismo y las probabilidades de que se den complicaciones son más elevadas.
En segundo lugar, porque en los momentos de máxima crisis sanitaria, como los que hemos vivido en los pasados meses de marzo y abril, con los hospitales al borde del colapso, la atención hospitalaria se resiente. Si no hay camas libres ni personal disponible, será imposible atender a cualquier persona que acuda al hospital aquejado de problemas de salud graves, por lo que una crisis diabética puede resultar fatal debido a la falta de medios.
Uno de los escenarios que se plantean con la llegada del otoño es un fuerte aumento en el número de casos de coronavirus, del mismo modo que todos los años se producen infinidad de casos de gripe.
Poco a poco, esperamos poder ir controlando la situación de la mejor manera posible, pero nosotros como ciudadanos debemos poner de nuestra parte y no delegar toda la responsabilidad en el Gobierno y en las autoridades sanitarias. Nos corresponde a nosotros velar por nuestra seguridad y nuestra salud y llevar un estilo de vida saludable. Una de las medidas de prevención que podemos tomar es, por tanto, consultar a un especialista